(Opinión personal) Un sueño para los que amamos los libros en todos los sentidos. Hoy os dejo un artículo de Maruja Torres publicado en el suplemento de El País el domingo 5 de diciembre. De casualidad lo leí anoche, gracias a mi amiga Bea que me habló de él. Nos pusimos a buscarlo y voilà, aquí está. Precioso artículo que me ha dejado sin palabras. Hace ya años que sueño con poner una librería, al igual que los protagonistas del artículo, y aunque es imposible no impensable, por lo que me conformo con ver como cumplen sus sueños gente como Nuria. Mi más sincera enhorabuena para Nuria y Francis por conseguirlo, y a Maruja Torres por su artículo. Quien sabe... a lo mejor algún día yo también puedo disfrutar de mi librería y compartir mi entusiasmo con todos vosotros.
En el número 3 de la calle del Doctor Marañón, en el barrio de Mislata, en el término municipal de Valencia, ha tenido lugar el milagro navideño de este año. Cada año encuentro uno, que me apresuro a comunicarles a ustedes. No están los tiempos como para desdeñar lo bueno que nos ocurre.
En esa calle, decía, ha nacido la librería Shalakabula, pero no por obra del hada de Cenicienta, sino por la voluntad y el amor a los libros de Nuria y Francis, una pareja que no para de traer cosas buenas al mundo.
A Nuria la conocí en una charla que di en Andalucía. Vivían allí entonces, cerca de Sevilla, y seguimos hablando por Facebook. Nuestro grupoface estuvo al corriente de los avatares de su primer parto, César, como lo ha estado de este segundo. Nuria tuvo sucesivas encarnaciones comofeisbukera, según los apellidos, hasta llegar a esteNuria Librera con que hoy se nos define orgullosamente.
Poco después del nacimiento del niño, la pareja regresó a su Valencia natal con el dinero de la casa que habían vendido. Era lo único que poseían. Ambos tenían también un sueño, uno cada uno, pero Francis le regaló el suyo a Nuria para que esta pudiera realizarse. Y con aquel pequeño capital, que podían haber invertido en algo aparentemente más provechoso, han puesto una librería. En los días que corren y con un entusiasmo supremo. Sus amistades de Facebook nos hemos volcado para apoyarles: para que luego digan que lo virtual es enemigo de lo palpable.
Declaraciones de la feliz propietaria de Shalakabula: "Desde chiquitita, los libros han respirado conmigo, nunca dormí con muñecos, mis padres me compraron una colección de cuentos cuando yo tenía como dos añitos, y desde ese momento no comía, no dormía si no era con ellos. Los cogía, los abrazaba, y se acababan mis desvelos". Afirma que también "los colocaba, los limpiaba y ordenaba en sus estanterías". Más tarde se dio cuenta de que eso era lo que hacían los bibliotecarios y los libreros todos los días. "¡Qué maravilloso trabajo!". Nuria se colocó en una librería, pero no cuajó.
Su marido y sus padres la ayudan para que Shalakabula salga adelante y cumpla todos sus propósitos, la arropan como lo hacemos nosotros, sus amigos feis. Y como espero que haga la gente a la que aún le gustan los libros en sus estantes, con sus hermosas portadas y sus bellas ilustraciones, las librerías -como consecuencia- y los cuentos de Navidad. Yendo a comprarlos.
Con la boca abierta he ido siguiendo las puntuales llegadas de las editoriales a su nuevo hogar. La propia Shalakabula Librería -así es como la encontraréis en Facebook- ha ido informando, y sigue haciéndolo. De momento, si bien tendrá todo tipo de libros (no por ahora los de segunda mano, aunque todo se andará), tocará sobre todo infantil, juvenil, álbumes ilustrados y libros "con un toque especial". Conociendo a los propietarios, les aseguro que no mostrarán avaricia cuando apliquen sus criterios. Habrá también cuentacuentos, actividades... Y el libro como objeto mágico, el libro-fetiche, tal como es para muchos de nosotros. Libro-compañía, libro-consejo, libro-puerta, libro-amor, libro-crucero por un río interminable, libro-nube, libro-niño, libro-consuelo, libro-refugio, libro-universidad, libro-fraternidad, libro-libro.
Nuria Librera es una incontinente compradora de libros, tanto que Francis pensó que sería una buena idea, de cara a estabilizar el presupuesto, regalarle un e-book. Cosa que hizo hace algún tiempo, y que no funcionó. Por eso, supongo, pensó que era mejor contribuir a que tuviera una librería propia, para que pueda dormir y vivir y educar a su hijo entre volúmenes.
Me parece que se trata de una bonita historia real, y por eso he querido contárosla, en un día que para mí todavía es noviembre, con objeto de empezar los artículos de diciembre con una buena dosis de lo mejor de la Navidad, el espíritu de la conciliación y el intercambio de bienes. No hay mejor bien que un buen libro regalado o adquirido o recomendado a tiempo. Y no hay mejor don que recibir, por estas fechas, nada menos que una librería.
El cuento de este año tiene amor, tiene libros, tiene voluntad de mejorar el mundo que nos rodea, tiene amistad. En definitiva, un prodigio.
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