Rómpete corazón

 

(Opinión personal) Buenas tardes desde locura de lectura. Volvemos con otro título al que tenía muchas ganas, y eso que debo ser una de las pocas que aún tenga pendiente leer a esta autora y su conocido La casa de los amores imposibles. Craso error el haberme dejado llevar por esta otra historia, nunca debí hacerlo. Y no es que Rómpete corazón no me haya terminado de llegar, es que ni si quiera he llegado a conectar con ninguno de los personajes, ni principales, ni secundarios. No sé si el estilo de la narrativa, la mezcla de leyenda y realidad, sus personajes tan poco creíbles o simplemente los reiterativos saltos en el tiempo al comienzo de cada capítulo, el caso es que se me ha hecho larga y pesada, además de confusa. 

Ricardo, Eduardo y Arturo, tres personajes a los que he estado confundiendo una y otra vez, son las voces masculinas de la historia. Blanca, Alba, Clara, Aurora y Estela, y volvemos con las confusiones de sus personajes de nuevo, las femeninas. ¿Por qué se tienen que llamar Blanca y Clara? Dos nombres con significado tan similar que me han vuelto loca. Y para más inri, he aquí los desafortunados saltos en el tiempo, ayudantes de mi paranoia, e intento de claudicar en la lectura cada dos por tres. Situar a quien es quien y leer una y otra vez las fechas en las que se desarrolla cada capítulo, según su personaje, ha sido arduo a la par de monótono.

La reciente desaparición de Clara, hija de Blanca, es el actual momento en el que se centra la novela y todos los saltos giran en torno a la fecha de su ausencia. Para resolver el caso, cuentan con Roger, un sexagenario inspector de policía, más centrado y preocupado en lo que aconteció tiempo atrás con la abuela de las niñas, que por el presente.  Si a este desorden le sumamos la historia que Estela, íntima amiga de la familia, va narrando con similar argumento a lo que está ocurriendo en la realidad, se augura un predecible final.

El hecho de estar narrada en primera persona ha sido todo un acierto, así como sus cortos capítulos, algo que dentro de lo malo, he agradecido. La ambientación de la novela, así como la casa y su lúgubre torreón, el jardín abandonado a lo salvaje y su acertado escenario del Monte Abantos, en plena Sierra de Guadarrama, también han sumado puntos a su favor.

Me está costando mucho escribir esta reseña porque no soy de las personas que suelen escribir opiniones negativas de un libro, y en caso de hacerlo, siempre desde el respeto y tratando de ser constructiva con mi crítica. El hecho de resaltar lo bueno de una historia, a pesar de haber partes que no me hayan terminado de llegar, es habitual en mí. Pero insistir en una lectura que desde el principio no te llega, y seguir leyendo por ver si mejora para ver, que no solo no lo hace, si no que su tarea se hace más ardua, si cabe, es un poco deprimente.

Y poco más puedo añadir. Y ahora qué hago con La casa de los amores imposibles. La leo o no. Con todo lo que tengo pendiente, la verdad que no me quedan ganas de insistir. Y vosotros, habéis leído esta historia. Y qué os ha parecido. Seguro que os ha gustado más que a mí.

Besos y feliz miércoles...

SINOPSIS

Blanca Oliveira pronto se arrepentirá de haber regresado al caserón familiar del monte Abantos donde hace trece años desapareció su hija Alba sin dejar rastro. A los pocos meses de instalarse allí con Ricardo, su nuevo marido, y las dos hijas que le quedan, desaparece otra de ellas. La historia se repite: la edad de las niñas, el inspector de policía encargado de resolver el caso, la única pista, una cinta roja hallada en el jardín, la muerte de un caballo, el cuento de hadas relacionado con la historia de la familia que pesa sobre cada uno de sus miembros como una maldición.