(Opinión personal) Muy buenas tardes desde locura de lectura. Después de unos días de relax, de lecturas varias, series y descanso, os traigo mis impresiones de la segunda parte de la tan aclamada El silencio de la ciudad blanca. Los ritos del agua vienen pisando fuerte como ya lo hiciera su antecesora y no es para menos, aunque ya adelanto que tanto ritual cántabro ha terminado por cansarme. Y es que lo poquito agrada y lo mucho cansa, algo que podemos aplicar a todo cuanto nos rodea, ya sean lecturas, películas, temas musicales...
Me apetecía mucho volver a sumergirme en una historia como la que aconteció en Vitoria en El silencio de la ciudad blanca. Volver a leer a Kraken, un personaje que dejó huella, a la subcomisaria Díaz de Salvatierra que tanto me gustó, a recorrer sus calles, sus gélidas descripciones del fascinante entorno y volver a perderme en esa atmósfera sombría, plomiza y gris que envolvió la intrigante historia que tanto me sedujo. Y reconozco que el entorno y la atmósfera han vuelto, sus personajes también aunque cambiados, pero en este caso, ha sido la trama la que me ha hecho abrir los ojos de par en par. ¿Por qué tanta alusión a rituales norteños? He llegado a perderme ¿Por qué tanto revuelo ante los únicos cuatro amigos de Kraken? ¿Ahora nadie se salva de ser asesino? En esta ocasión, la historia se me antoja inverosímil, no así sus descripciones que me han fascinado por igual. Kraken me sigue gustando como el primer día y no puedo, ni quiero ponerle ningún "pero", es fantástico, seductor, buena persona, valiente, me encanta. Sin embargo, la frialdad con la que la subcomisaria nos recibe desde casi su primera puesta en escena me deja sin argumento. ¿Por qué actúa así?
Todos estos sentimientos encontrados se han apoderado de mí cual ciclón en plena acción. Me han atrapado y despegado de la historia al mismo tiempo. Completamente embelesada con la trama por momentos, desconectada en otros y vuelta a engancharme de nuevo. Ha sido agotador, la verdad. Pero sí o sí, leeré su tercera y última parte de la ya anunciada trilogía. Otra vez quiero sumergirme en esta historia y otra vez quiero saber de Kraken y punto. Desde luego Eva sabe como atrapar a un lector y hacerle partícipe de la trama. Lo hizo con su primera parte, y aunque en menor medida, lo ha vuelto a hacer en esta otra.
Todos estos sentimientos encontrados se han apoderado de mí cual ciclón en plena acción. Me han atrapado y despegado de la historia al mismo tiempo. Completamente embelesada con la trama por momentos, desconectada en otros y vuelta a engancharme de nuevo. Ha sido agotador, la verdad. Pero sí o sí, leeré su tercera y última parte de la ya anunciada trilogía. Otra vez quiero sumergirme en esta historia y otra vez quiero saber de Kraken y punto. Desde luego Eva sabe como atrapar a un lector y hacerle partícipe de la trama. Lo hizo con su primera parte, y aunque en menor medida, lo ha vuelto a hacer en esta otra.
Lo mejor: Kraken sin duda. Y volver a saber de Héctor del Castillo, protagonista de La saga de los longevos, que por cierto, si no la has leído te la recomiendo muy mucho. Un sorpresón que la autora haya hecho posible que este personaje se involucre en esta novela. Chapeau!!!
Lo peor: Que se haya recreado tanto en los mitos y leyendas cántabras. A pesar de ello recalco, por si no lo he hecho ya, la historia es trepidante, independientemente de mis altibajos en esta segunda parte.
Y hasta aquí mis impresiones de esta última lectura. Bsss y feliz tarde de jueves.
SINOPSIS:
Ana Belén Liaño, la primera novia de Kraken, aparece asesinada. La mujer estaba embarazada y fue ejecutada según un ritual de hace 2600 años: quemada, colgada y sumergida en un caldero de la Edad del Bronce.
1992. Unai y sus tres mejores amigos trabajan en la reconstrucción de un poblado cántabro. Allí conocen a una enigmática dibujante de cómics, a la que los cuatro consideran su primer amor.
2016. Kraken debe detener a un asesino que imita los Ritos del Agua en lugares sagrados del País Vasco y Cantabria cuyas víctimas son personas que esperan un hijo. La subcomisaria Díaz de Salvatierra está embarazada, pero sobre la paternidad se cierne una duda de terribles consecuencias. Si Kraken es el padre, se convertirá en uno más de la lista de amenazados por los Ritos del Agua.
Parece que este libro está gustando, pero menos que su primera parte. A ver si me animo con ellos.
ResponderEliminarBesotes!!!
A mí la verdad es que me ha gustado mucho, pero también me ha pasado como a ti, que en algunos momentos he gritado aquello de... ¡No es posible! No hay personas en Vitoria para que todo le pase a ellos? En serio otra vez? Como no he leído la saga de los longevos desconocía que Hector venía de otra novela. Muy bueno el guiño de la lectora. Y sí, a mí la subcomisaria me ha empezado a rallar un poquito.
ResponderEliminarPero en conjunto me ha encantado y deseando estoy de volver a leer de Kraken!!
Besos
Hola! Que pena que te pasara eso que comentas. La verdad es que, aunque te vuelvas a enganchar, eso te saca completamente de la historia y entiendo como te sentirías al leer el libro. Estoy contigo que hay mucha información sobre los ritos y demás pero la verdad es que a mi no me ha llegado a molestar ya que estaba totalmente enganchada a lo que estaba pasando. Espero que del tercer libro disfrutes muchísimo más :)
ResponderEliminarBesos!
No pensaba leerla porque los ritos no me gustan nada y lo de las mujeres embarazadas me impresiona mucho. Creo que no sería agradable para mí. Por otra parte con lo que cuentas creo que se me haría pesada, y la relación de la subcomisaria no me convenció. La falta de la credibilidad no ayuda.
ResponderEliminarBesos