(Opinión personal) Me rindo a los pies de Zafón. Me declaro Zafoniana hasta la médula. Rey de la narración por antonomasia, maestro de la novela gótica, gobernador del lenguaje, creador de inigualables, conmovedoras, turbadoras y emocionantes historias jamás contadas, maestro del estilo narrativo, diseñador de atmósferas grises y plomizas que hielan los huesos de un lector ávido de desenlaces y de ansiosas descripciones visionarias que solamente él nos puede regalar. Enigmático, oscuro, sensual, cautivador, seductor, moderno y tradicional al mismo tiempo.
Leer La Ciudad de Vapor me ha supuesto nostalgia y tristeza. Saber que estos once cuentos serán lo último que lea de un genio entre los genios, y que no habrá nuevas historias que desenmarañar, ha sido todo un trance. Cuántos personajes perdidos entre sus páginas no volverán a deleitarnos con sus conversaciones, disputas y sentimientos. Pero saber que los ha escrito como reconocimiento a todos nosotros, a sus más fieles y devotos lectores que año tras año hemos esperado ansiosos su narrativa, supone todo un regalo. Un regalo de incalculable valor.
Abrir la portada de este último ejemplar y viajar al mundo de Zafón, después de tantos años de espera, ha sido un bálsamo para mis sentidos. Volver a la ciudad oscura, grisácea y fría donde se oculta la biblioteca de los libros olvidados, allí donde Daniel Sempere sintió y descubrió tanto, ha sido fascinante. David Martín y Andreas Corelli también tienen cabida en esta recapitulación de extraordinarias historias. Escenas de calles empedradas, lúgubres y oscuras donde siempre hay un carruaje, torreones y gárgolas que vislumbrar. Cuentos que se leen de un plumazo y que te dejan con ganas de más. Siempre más...
Los once cuentos me han fascinado. Nuevos personajes inundan sus páginas, así como descendientes de antepasados de sus anteriores novelas. Todos son especiales, todos te transportan a lugares de atmósferas y escenas pasadas. Pero como todo en esta vida, siempre hay alguno que se hace destacar. Y este no es otro que El príncipe de parnaso, ese guiño a Cervantes, protagonista de una apasionante historia cargada de referencias literarias, así como su cambio en la narrativa, donde realmente estás leyendo a personajes extraídos del Quijote, han sido el broche de oro y la mejor manera de demostrar, una vez más, su maestría en el manejo de la prosa y de su deslumbrante estilo. Seducida y embelesada con esta historia.
Muero por sumergirme en sus novelas una y otra vez. Profundizar en sus entrañables personajes y redescubrir rasgos y temperamentos pasados por alto, sorprenderme con subtramas que quedaron ocultas tiempo atrás y que con el paso de los años han ido tomando forma desvelando intrigas, enigmas y hallando respuestas.
 |
| El valor de esta dedicatoria es... No tengo palabras |
"Han pasado 18 años desde que leyera por primera vez La sombra del viento y aún recuerdo el entusiasmo con el que cerraba aquel volumen edición especial que me llevó a conocer el laberinto de los libros olvidados..." He aquí un enlace de mi dedicación a Zafón tiempo atrás. Carlos Ruiz Zafón en locura de lectura.
Zafón, allá donde estés, sigue destilando pura magia como tú y solo tú sabes hacer.
A mi querido y erudito escritor de todos los tiempos. Grande entre los grandes.
D.E.P
SINOPSIS:
«Puedo conjurar rostros de chiquillos del barrio de la Ribera con los que a veces jugaba o peleaba en la calle, pero ninguno que quisiera rescatar del país de la indiferencia. Ninguno excepto el de Blanca.»
Un muchacho decide hacerse escritor al descubrir que sus invenciones le regalan un rato más de interés por parte de la niña rica que le ha robado el corazón. Un arquitecto huye de Constantinopla con los planos de una biblioteca inexpugnable. Un extraño caballero tienta a Cervantes para que escriba un libro como no ha existido jamás. Y Gaudí, navegando hacia una misteriosa cita en Nueva York, se deleita con la luz y el vapor, la materia de la que deberían estar hechas las ciudades.
