
Jugando con Fuego narra la vida de David Miranda, un adolescente madrileño, que maneja a la perfección el mundo de la noche, las drogas y los estupefacientes. Ha dejado de estudiar, no entiende a sus padres ni sus padres a él, y decide marcharse de casa y vivir su vida a su manera. Por otro lado está Claudia, quien está profundamente enamorada de David, a pesar de mal llevar una relación de amor-odio y falta de entendimiento por ambas partes.
El entorno en el que discurre toda la novela, las malas influencias en cuanto a las amistades del protagonista, la relación que David mantiene con Claudia y la aparición de Raúl, un viejo amigo de David, componen una dinámica y adictiva novela. El tonteo con las drogas, ver como los personajes se enganchan a ellas y los estragos que causan en todos ellos, hace que se me pongan los pelos de punta, algo que me ha ocurrido varias veces durante la lectura de la novela.
Me consta que Cristina, su autora, está escribiendo la segunda parte y que está publicando los capítulos en su blog, así que, ahora que he terminado la primera parte, puedo empezar a leerlos. Y ya lo estoy deseando.
Cristina, desde aquí te mando un beso. Y que sigas escribiendo tan bien, ya sabes que me leeré todo lo que publiques, sin duda.
SINOPSIS
David Miranda no ha nacido en una familia marginal, no tiene problemas económicos ni un hogar desestructurado... pero David ha encontrado el modo de dejar a un lado sus escrúpulos para traficar y embarcarse en una aventura que le puede costar muy cara. El dinero fácil y unos amigos nada recomendables le sumergirán en un mundo donde sólo le queda jugar con fuego y rezar para salir victorioso de un lugar del que muy pocos logran escapar bien parados. Sólo una persona permanecerá a su lado a lo largo de los años, Claudia, quien mantendrá su fe en él a pesar del dolor y las dificultades de amar a alguien como David.